Menos autos, más ciclovías

julio 28, 2021 - Marcelo Bauzá

Entrevista a Ricardo Hurtubia, profesor de la Escuela de Arquitectura y del Departamento de Ingeniería en Transportes y Logística de la Universidad Católica. Melissa Forno. Inciti.

Para Ricardo Hurtubia al recorrer La Alameda de poniente a oriente, se evidencia cómo el desarrollo de la ciudad ha privilegiado el uso del automóvil frente a otros medios de transportes más sustentables: “Por el bandejón central de La Alameda hay una ciclovía, muy mala, que se acaba al llegar a La Moneda”, afirma Hurtubia, quién es doctor en matemáticas de la École Polytechnique Fédérale de Lausanne e investigador de modelos integrados de transportes y uso de suelo.

¿Considera que la elección del cargo del Gobernador permitirá un mayor desarrollo de infraestructura para los ciclos?

Con las atribuciones que tienen, no, pero sí los gobernadores tienen cierto poder político y pueden negociar, por ejemplo, con las municipalidades y otros actores involucrados, para coordinar acciones que permitan que las cosas ocurran. La decisión de dónde y cuándo construirlas sigue estando esencialmente en manos de las municipalidades y del ministerio de Vivienda y Urbanismo (…) Puede hacer una diferencia, un gobernador empujando desde arriba un plan de ciclovías, porque pone presión para hacer las cosas.

¿Cuál es el principal problema de las municipalidades para construirlas?

Tienen recursos limitados y probablemente muchos alcaldes y directores de tránsito consideran que si hacen ciclovías se ganarán un problema, porque al construirlas alteran el status quo, ya que implica modificar lo que antes era destinado para los autos, lo que va acompañado de quejas. No perciben el beneficio de forma evidente; ven más el conflicto y la dificultad que se genera en el corto plazo al implementarlas. 

¿Qué pasa con el director de tránsito de las municipalidades?

Ahí tienes un buen ejemplo, el mismo nombre del cargo – que define su trabajo – dice que esta persona está encargada de que los autos se muevan, no se trata de un director de movilidad que se preocupe de todos los aspectos. No tiene interés en hacer ciclovías. No existe una Dirección de Movilidad Sostenible. Esto sucede incluso en municipalidades ricas, aunque les cuesta menos implementarla porque tienen recursos.

¿Cuál es el punto más crítico para que transiten los ciclistas?

Hay muchos, pero donde se detecta una mayor demanda latente y no existe ninguna infraestructura o cuando existe es pésima, es en el eje Alameda-Providencia-Apoquindo. Básicamente, la columna vertebral de Santiago. En estricto rigor, hay una ciclovía por el tramo poniente de La Alameda – muy mala porque va zigzagueando, tiene curvas en 90° y es muy insegura – que se acaba al llegar a La Moneda. Luego, siguiendo por La Alameda al oriente, no hay nada, hay algo en vías paralelas, como en Avenida Andrés Bello, pero no tiene continuidad. En el eje Alameda-Providencia es donde más urge un proyecto serio de ciclovías, o en un eje paralelo. Lo que importa es que entregue una alternativa continua.

¿Cómo explica que en ese eje tan importante las ciclovías sean tan deficientes?

Hace 15 años, nadie se tomaba en serio las ciclovías y, en ese periodo, las ciudades no cambian tanto, pese a que Santiago sí ha sufrido modificaciones. Sin embargo, cambiar la Alameda son palabras mayores. Había un proyecto que comenzó en el primer gobierno de Sebastián Piñera; luego lo tomó Claudio Orrego – cuando era intendente – y en el segundo gobierno de Piñera lo pararon (…) Lo que hemos visto es que nadie está dispuesto a hacer esfuerzos e inversiones en obras que no sean para los autos, muy poco para peatones, bicicletas y el transporte público, a excepción del Metro. No puede ser que dependa todo del criterio de cada municipalidad y no haya una coherencia.